miércoles, 2 de julio de 2014

DINERO

Resulta extremadamente complicado emplear una definición de dinero única y generalmente aceptada. De hecho, lo que se entiende por dinero ha ido variando a lo largo del tiempo. Lo que en la actualidad se considera dinero hace sólo unos años ni siquiera se consideraba que pudiera serlo, o lo que antaño lo era ahora no lo es. Es por ello, por lo que se suele definir dinero por las funciones que desempeña. Dichas funciones son tres, que se pueden extender a una cuarta, a saber: medio de pago, depósito de valor, unidad de cuenta, y, por último, unidad de pagos diferidos. De esta forma, puede considerarse dinero, cualquier activo o bien generalmente aceptado como medio de pago por los agentes económicos para sus intercambios y que además cumpla las funciones de ser depósito de valor y unidad de cuenta.

II. FUNCIONES DEL DINERO
A continuación se explican con más detalle las cuatro funciones que debe cumplir cualquier bien para ser considerado dinero. Las cuatro se encuentran relacionadas, resultando indispensable que se cumplan todas ellas para que un activo pueda ser considerado como dinero.
1. El dinero como medio de cambio
En cualquier intercambio de bienes existen los denominados costes de transacción, que son aquellos en los que incurren las partes en el proceso de ponerse de acuerdo y de velar por el cumplimiento de dicho acuerdo. El dinero permite reducir los costes de transacción, favoreciendo de esta manera el comercio y la especialización, y en última instancia el desarrollo económico. En ausencia de dinero, los intercambios se realizan mediante el trueque, obligando a la existencia de una doble coincidencia de intereses, la del oferente que quiere vender un producto y la del demandante que quiere adquirirlo y a cambio le ofrece otro producto que el vendedor tiene que estar dispuesto a recibir a cambio del suyo. Las transacciones por tanto se ven dificultadas, porque conseguir esa doble coincidencia de intereses, que alguien quiera cambiarme una vaca por tres cerdos, resulta complicado. Gracias al dinero, los costes de transacción se reducen drásticamente, ya que el productor está dispuesto a recibir dinero a cambio del bien que quiere vender, pues con ese dinero, posteriormente, podrá adquirir el producto que desee. Si existe el dinero venderé la vaca y con el dinero que obtenga compraré tres cerdos, que me los puede vender la misma persona diferentes.
Por tanto, el dinero es un bien intermedio en el proceso de intercambio de bienes y servicios. Para poder desempeñar esta función de medio de pago ha de ser de aceptación general, bien implícitamente en virtud de la tradición o de la costumbre, o bien explícitamente por imperativo legal.
Por otra parte, para que un bien pueda ser empleado como medio de pago en los intercambios, ha de cumplir una serie de características adicionales. Debe tener un alto valor con respecto a su peso, de manera que pueda ser fácilmente transportado. Ha de servir para todo tipo de transacciones, por lo que debe ser divisible, para que pueda emplearse incluso para las de menor importancia. Por último, debe ser posible determinar fácilmente su calidad, y ha de resultar difícil, cuando no imposible, su falsificación.
De todas las funciones de dinero, sta fue la que recibió una mayor atención de la teoría tradicional. En la actualidad, sin embargo, se considera que es la función del dinero como depósito de valor, esto es, como la forma de mantener riqueza, la que debe destacarse sobre el resto.
2. El dinero como depósito de valor
El dinero debe mantener su valor a lo largo del tiempo, de manera que si vendemos hoy los productos, y a cambio obtenemos dinero, podamos mantener éste en depósito hasta que lo necesitemos para adquirir nuevos bienes o servicios.
Así, hay bienes que pueden emplearse como medio de pago, pero que no cumplen el requisito de depósito de valor, y, por tanto, no pueden ser considerados dinero. Los tulipanes podrían utilizarse como medios de cambio, si bien al ser perecederos y perder su valor al cabo de días o semanas porque se estropean, no podrían utilizarse como dinero.
Relacionada con esta función del dinero se encuentra el problema de la inflación. Cuando se produce un aumento en el nivel de precios de la economía, el dinero presente en la misma, pierde valor: resulta necesario entregar una mayor cantidad de dinero para obtener la misma cantidad de bienes o servicios. Por tanto, cuando hay inflación, se produce una pérdida del poder adquisitivo del dinero, reduciendo su función como depósito valor y pudiendo provocar que el bien que hasta entonces era considerado dinero deje de serlo, obligando a los agentes económicos a buscar esa función en otros bienes, o incluso a volver al trueque. Esto es precisamente lo que ocurrió en Alemania durante los años inmediatamente posteriores a la I Guerra Mundial. Como consecuencia de la impresión masiva de marcos para pagar las indemnizaciones de guerra a los países aliados, el marco alemán perdía valor continuamente. Los alemanes intentaban desprenderse de los marcos que recibían, pues a las pocas horas, perdían valor, y apenas se podían comprar bienes con ellos. La moneda alemana, que hasta entonces había sido utilizada como dinero, dejó de cumplir esta función como consecuencia de no cumplir la función de depósito de valor.
3. El dinero como unidad de cuenta
Los bienes que se empleen como dinero han de servir como unidad para medir los precios de los bienes y servicios. De esta manera, el dinero permite reducir el problema de los precios relativos de los bienes, al convertirse en la única medida de los mismos. En ausencia de dinero, si existen tres bienes en la economía, existen tres precios relativos: el precio del bien 1 con respecto del bien 2, el del segundo bien con respecto del tercero y el de éste último con respecto al del primero. Cuanto mayor sea el número de bienes para intercambiar, mayor será, por tanto, el número de precios relativos, incrementándose los costes de transacción. A los agentes económicos les resultará difícil no sólo tener información sobre la totalidad de proporciones de cambio posibles, sino también recordarlas. El dinero elimina este problema, al permitir expresar la totalidad de los precios relativos de los bienes y servicios que se intercambian en único patrón de medida de los precios. De esta manera, en la actualidad el valor de todos los bienes se expresa en euros, resultando más fácil los intercambios.
4. El dinero como unidad de pagos diferidos
Al conservar su valor a lo largo del tiempo, el dinero puede emplearse en los intercambios a largo plazo, permitiendo a los agentes económicos transferir sus rentas a lo largo de un amplio horizonte temporal. En este sentido, el dinero estimula el ahorro, y con ello la actividad económica.
Aunque esta función, ser unidad de pagos diferidos, no es exclusiva del dinero, sí que es éste el que mejor puede desempeñarla.
III. FORMAS DE DINERO
A lo largo de la historia se han utilizado muy diversos tipos de bienes como dinero. Todos ellos cumplían las funciones anteriormente descritas, pero, por diversos motivos, en un momento determinado, dejaron de cumplir alguna de ellas, provocando la adopción de otro bien como dinero. Por ejemplo, durante siglos los metales preciosos, en concreto el oro y la plata, fueron empleados como dinero. Se utilizaban para los intercambios comerciales, mantenían su valor a lo largo del tiempo y los precios de los bienes y servicios se expresaban en función del valor del oro y de la plata. En la actualidad, sin embargo, aunque constituyen un buen depósito de valor, ni se emplean para los intercambios, ni se utilizan como unidad de cuenta, por lo que han dejado de ser dinero.
Diferenciamos dos tipos de dinero: el dinero mercancía y el dinero fiduciario.
1. El dinero mercancía
Quizás la forma más común de dinero a lo largo de la historia haya sido el dinero mercancía. Tiene lugar cuando se escoge un determinado bien con un valor intrínseco como dinero, esto es, dicha mercancía tendría un valor aunque no fuera empleada como dinero. Como ya se ha señalado, el oro y la plata demostraron ser las mercancías más útiles para ser empleadas como dinero. Con un elevado valor intrínseco, que además se mantenía lo largo del tiempo, fácil de transportar, de dividir y de verificar su valor, durante muchos siglos fueron utilizados para pagar las transacciones. Pero existen más ejemplos de dinero mercancía, como las wampun, o cuentas de conchas de los indios americanos, las cowries, conchas de colores que se utilizan en la India, o las piedras rai, discos circulares de piedra caliza utilizados como dinero en la isla de Yap en la Micronesia. Más recientemente, durante la II Guerra Mundial, fueron los cigarrillos los empleados como dinero mercancía por los prisioneros de los campos de concentración alemanes.
2. El dinero fiduciario
En el caso de que el dinero carezca de valor intrínseco nos encontramos ante dinero fiduciario, que es aquel cuyo su valor depende del crédito o la confianza que inspira en los agentes económicos. Este tipo de dinero se basa en la fé, de ahí su nombre, que tiene el agente que lo posee de que a cambio del mismo le van a entregar un bien o una mercancía por dicho valor.
Las monedas actuales o los billetes o papel moneda constituyen, quizás, el ejemplo más claro de dinero fiduciario. Un billete de 500 euros no vale en sí 500 euros, vale dicha cantidad por la confianza que tienen los agentes económicos en que a cambio del mismo les van a entregar bienes o servicios por el valor equivalente. ¿Qué diferencia ese billete de 500 euros de uno que podríamos imprimir en nuestra casa con nuestra impresora?, pues que el dinero impreso en casa, al igual que el de 500 euros, no vale en sí 500 euros, pero a diferencia del de curso legal, nadie estará dispuesto a aceptarlo a cambio de un bien cuyo valor sea de 500 euros.
Generalmente el dinero fiduciario es ampliamente aceptado, al considerarse moneda de curso legal por orden gubernativa. De esta manera, aunque carece de valor intrínseco, se acepta como medio de pago para la compra de productos y para el pago de deudas. Sin embargo, la acción del Gobierno, por sí sola, no basta para convertir a un bien en dinero fiduciario. La aceptación del mismo como medio de pago, unidad de cuenta, depósito de valor y depósito de pagos diferido, dependerá también de las expectativas y de las convenciones sociales. Durante los años 80, la Unión Soviética y su Gobierno no abandonaron el rublo como moneda. A pesar de ello en Moscú preferían utilizar otros bienes como dinero, en concreto cigarros o incluso dólares, en sus transacciones, ya que los rublos no cumplían las funciones anteriormente descritas para que un activo sea considerado dinero.
IV. EL DINERO MODERNO
En la actualidad, y siguiendo la terminología anteriormente empleada, el dinero que utilizan los agentes económicos es dinero fiduciario pero, ¿cuál es exactamente la cantidad de dinero que se encuentra en circulación en la economía?. Responder a esta pregunta resulta muy importante, debido a la influencia que el dinero ejerce sobre una gran cantidad de variables económicas. En este sentido, se diferencia entre dinero efectivo y dinero bancario.
1. Dinero efectivo
Lo constituyen los billetes y las monedas que se encuentra en manos del público y que éste emplea para sus transacciones económicas. Los billetes y monedas son dinero por imperativo legal y carecen de valor intrínseco, pero cumplen todas las funciones que debe cumplir cualquier activo para ser considerado dinero. En la actualidad, son dinero fiduciario, pero cuando las monedas eran de oro eran dinero mercancía.
2. Dinero bancario
Pero además los agentes económicos pueden depositar su dinero efectivo en los bancos. Para la banca dichos depósitos constituyen un pasivo, se compromete a ponerlos a disposición de sus clientes, es decir, a hacerlos efectivos, cuándo éstos lo soliciten. El dinero bancario se define, por tanto, como dinero en manos del público en forma de depósitos a la vista en bancos, que pueden ser convertidos en efectivo (son plenamente líquidos), cuando se solicita. La totalidad del dinero efectivo y del dinero bancario presente en una economía recibe el nombre de oferta monetaria.
En las economías modernas resulta complicado establecer qué se considera dinero o casi dinero. Cada vez surgen nuevos activos financieros; de su facilidad para convertirse en efectivo sin perder valor, dependerá que puedan ser o no considerados dinero. Así, el grado de liquidez de un activo, depende de dos aspectos: por un lado de su facilidad para convertirse en dinero, y por otro de la certidumbre de su conversión sin sufrir pérdidas de valor. El que cumpla ambas condiciones determinará que pueda ser considerado o no dinero. Por ejemplo, la Deuda Pública en países con mercados amplios, es fácilmente convertible en dinero, cumple perfectamente desde este punto de vista el primer requisito, la liquidez, pero no así el segundo, ya que el valor de cambio dependerá de su cotización en el momento en que se realice la orden de venta. Además, probablemente, no la acepte como medio de pago cuando realizamos una transacción
Existen por ello diversas medidas de dinero, constituyendo este hecho una de las principales cuestiones de política monetaria. Las definiciones de dinero abarcan desde la más restrictiva, M0 que considera únicamente los activos plenamente líquidos de la economía que cumplen las funciones de dinero, es decir los billetes y monedas, a otras definiciones más amplias que van incorporando activos que por sus características, elevada liquidez y reducido riesgo, podrían considerarse dinero por cumplir las funciones que de él se esperan.

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