jueves, 13 de septiembre de 2018

DECÁLOGO DEL ENTUSIASTA ( Y DEL ABOGADO ENTUSIASTA)


 

 

Primero me gustaría aclarar que cuando la Psicología Positiva (PP) habla de entusiasmo no se refiere a ser payaso, chistoso o gracioso, eso es ser pesado. La PP se centra en un concepto muy chulo que es la “alegría de vivir”. Y la alegría de vivir no es necesariamente ruidosa, es esa sensación de paz, de plenitud, de serenidad y de ganas de ir dando botes de alegría por la vida y ser amable con todo el mundo. Todos hemos vivido en algún momento esta sensación, y es fantástica. Cuando uno vive con alegría la vida es brutal, y el que la tiene, la tiene un lunes y un jueves, trabajando y jugando al ping-pong. Y vivir así, si uno no tiene dramas en la vida, es lo normal. No es lo habitual, pero si lo normal. Lo que pasa es que en esta sociedad de tarados hemos confundido lo habitual con lo normal, y uno tiene que aspirar a ser normal. Y tenemos que hacerlo, no solo para disfrutar de la sensación espectacular que conlleva vivir y trabajar con alegría, sino sobre todo porque cuando uno es alegre saca lo mejor que lleva dentro, sus mejores actitudes y sentimientos, su mejor versión. Porque existe esa mejor versión de cada uno de nosotros. Pero existe si no perdemos el ánimo y la alegría, porque entonces también hemos comprobado que tenemos nuestra peor versión, con nuestras peores actitudes y sentimientos, y vivir así es asqueroso. También para los abogados ;-).

 

Pues bien, la PP ha demostrado que la alegría no es sólo genética. Cuando nacemos a nuestros padres no les dicen: “mira, ha sido niño, pesa 2 kilos 800 y pinta cenizo”. Las circunstancias, las preocupaciones, la responsabilidades nos vuelven cenizos. Pero la alegría se puede trabajar, existen hábitos para comer sano y también para pensar sano, para pensar en positivo. Y debería preocuparnos porque cuando perdemos el ánimo no perdemos nuestros conocimientos, no perdemos nuestro nivel de inglés, perdemos lo mejor que tenemos, nuestra actitud, nuestra mejor manera de ser, y entonces pasamos de ser esa persona estratosférica que todos somos a ser esa persona mediocre que también podemos ser, de ser un abogado increíble a uno mediocre. La vida es estado de ánimo, es lo que nos mueve y lo que nos hace vivir una vida de grandeza, llena de sentido. Por eso hay que mantenerlo muy arriba.

¿Y cuáles son esos hábitos?

 

1. Ser buena persona. Es incompatible ser buen abogado y mala persona. Si hiciéramos una lista de lo que es ser buen abogado y otra de lo que es ser mala persona, veríamos que son totalmente incompatibles. No se puede ser buen abogado y mala persona, como tampoco se puede ser buena jefa y mala persona o buena pareja y mala persona.  Igualmente no se puede vivir con alegría y ser mala persona. En la vida el talento es importante, la experiencia es importante, la inteligencia es importante, pero lo más importante en la vida es ser buena persona. Es muy rentable a largo plazo ser buena persona. Porque todo en la vida, a nivel personal y profesional, se basa en las relaciones humanas, y nos gustan las buenas personas, confiamos en ellas, nos gusta trabajar con ellas. Personas con valores y principios, honestas, íntegras.

 

2. Decidir vivir con alegría. La alegría no es solo genética, no es aleatoria, no es consecuencia de algo. Ser alegre es una decisión. Las personas que viven así tienen las mismas preocupaciones y problemas que los demás, pero han decidido que quieren vivir con alegría. Y lo demuestran en su cara, son personas fáciles, agradables, que sonríen, en una sociedad en la que lamentablemente sonreír es cada vez  mas extraño.

 

3. Parar para reparar. Vamos por la vida como pollos sin cabeza y necesitamos reivindicar momentos para la pausa, espacios para la reflexión, porque de lo contrario el estrés, la velocidad y las urgencias del día a día acaban por desequilibrarnos. Hay que frenar, parar para no perder el sentido que tiene nuestra vida, el ritmo frenético en el que vivimos nos arrolla. Vivimos en la inmovilidad frenética.

 

4. Relativizar los problemas. En la vida hay motivos para perder la alegría, por supuesto, pero son cuatro. El resto hay que aprender a relativizarlos porque siempre tendremos problemas, pero en la vida hay dramas y “circunstancias a resolver”, y cuando no tenemos dramas hay que aceptar lo que viene sin perder el ánimo y dedicando las energías a avanzar, mejorar y salir adelante. Nos ha pasado a todos que cuando tenemos un problema muy grave entonces nos damos cuenta que lo que nos preocupaba hasta entonces tenía la categoría de chorrada.

 

5. Cuidar lo importante. Covey decía que “lo más importante en la vida es que lo más importante sea lo más importante”. Y lo más importante que tenemos en la vida son las personas que queremos. Nuestra familia y nuestros amigos. Pero la presión diaria puede hacer que los pongamos en un segundo plano, el primero está ocupado por lo superficial, lo urgente y lo intrascendente. La gran incoherencia de las personas es que lamentablemente nos damos cuenta de lo que es importante, muchas veces, cuando es tarde. Es una frase que hemos escuchado 150 veces, pero el problema es que la hemos olvidado 151.

 

6. Ser proactivo. Aceptar que las cosas son como son, que algunas no las podemos controlar y no dependen de nosotros. Habría que aceptarlas con serenidad, no resignación ni conformismo, y centrarnos en lo que si depende de nosotros.

 

7. Ser amables. La PP ha demostrado que la forma más eficaz, más rápida y mas sencilla de vivir con alegría es ser amable con todas las personas con las que interactuamos cada día. Y tenemos muchas oportunidades cada día para practicar. La Dra. Barbara Fredrickson lo llama las gestión de los “micromomentos” en los que estamos con otra persona, ya sea el conductor del autobús, el camarero o el portero del edificio. La Madre Teresa de Calcuta tiene una frase espectacular que nos dice como hacerlo: “que nadie se acerque jamás a ti sin que al irse se sienta un poco mejor y mas feliz”. Si esta frase se te pudiera aplicar a ti serías una persona descomunal. Lo mejor de todo es que solo depende de ti que se te pueda aplicar a ti J.

 

8. Disfrutar de todo. Hacer lo que te apasiona y ponerle pasión a todo lo que hacemos. Hay personas que disfrutan de todo, y no es un don que uno tiene la suerte de tener y otro no. Es un hábito que tienes si quieres o que no tienes si no te da la gana. Así de sencillo.

 

9. Ponerse ilusiones. No se puede vivir sin ilusiones, una persona sin ilusión arrastra los pies. Nos dan energía y si no las tenemos es nuestra responsabilidad buscarlas. El entorno no siempre nos va a poner ilusiones, hay que ponérselas. Y no es cuestión de dinero; afortunadamente, lo mejor de esta vida es gratis o casi gratis.

 

10. Valorar las cosas fantásticas que tenemos todos en nuestras vidas. “No sabes lo que tienes hasta que lo pierdes”. También es un refrán que hemos escuchado 457 veces, pero lo seguimos olvidando. Siempre estamos pensando en lo que falta, en lo que no funciona, en los problemas, y no recordamos que también hay cosas brutales en la vida de todos. Ser agradecido tampoco depende de un gen, es un hábito.

 

 

Contenido curado por César Heras (Social Media) HERAS ABOGADOS BILBAO S.L.P.

 

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