lunes, 23 de noviembre de 2015

LA IDENTIDAD DEL ABOGADO



Los abogados se encuentran en pleno proceso de adaptación a un mundo cambiante, global y digital. Pero, ¿cuáles son los principales retos a los que se enfrenta la profesión?
La profesión de abogado, al igual que otras profesiones tradicionalmente liberales, es muy antigua y se remonta hasta cinco siglos a.C. en India, siendo ya una profesión consolidada en Grecia y Roma. Está totalmente mitificada en muchos sentidos, con libros que la ensalzan y la convierten en noble como el muy exitoso Pulitzer Matar a un ruiseñor (libro referente de una gran mayoría de abogados por los valores que representa el personaje del mítico Atticus Finch, protagonizado por Gregory Peck en la versión cinematográfica).
Cómo combinar y adaptar esta fuerte identidad con el actual mundo global, cambiante, digital, inmediato, competitivo, tendente por todo ello a eliminar precisamente la identidad. Parece que en este nuevo mundo la fuerte identidad del abogado, lo que fundamentalmente ha mantenido viva esta profesión durante siglos, pudiera llegar a convertirse en su principal enemigo. La identidad tiene aversión al cambio por el riesgo que conlleva, y sin cambio cualquier tipo de organización está abocada a su desaparición.
¿Cuáles son los principales retos que tienen actualmente la profesión y dónde su identidad tiene que mutar dramáticamente? Conceptos como diversidad (en su sentido más amplio), flexibilidad (vesus presencialismo fundamentalmente), digitalización, creatividad, marca personal, (versus el actual proteccionismo de la marca de la firma), employer branding, formación, desarrollo, mentoring,...Y todo ello con la calidad llevada al extremo en un entorno de competencia feroz.
Y por supuesto estos retos afectan a toda la estructura del negocio. Empezando por la carrera profesional, columna vertebral de cualquier firma prestigiosa de abogados. Columna vertebral que tendrá que mutar en tiempo y espacio. No parece discutible que el actual modelo de up or out deba desaparecer, pero sí coexistir con carreras horizontales.
El plácido lock step mutará poco a poco a una figura con forma de campana de Gauss, decreciendo en la última etapa profesional y coexistiendo con un premio a la americana.
Pero realmente quizás lo más importante es incentivar, promover la pasión y el emprendimiento en los abogados a todos los niveles. Esta fuerte identidad comentada tiene un lógico cimiento técnico que prima sobre otras competencias. Esta competencia técnica suele reñir con la competencia "emprender". Se necesita más que nunca un equipo de abogados apasionados por su profesión, que asuman su firma como propia y, por qué no, también como un trampolín. Abogados emprendedores que afronten las oportunidades del mercado en vez de huir o esconderse de sus vicisitudes.
Al final quizás es un back to the basics: la abogacía en Grecia en su primera época estuvo encomendada a personas que con sus conocimientos de oratoria causaban alto impacto ante el areópago. Por supuesto no es sólo oratoria, pero desde luego sí pasión y emprendimiento que ayude a la profesión a buscar una nueva identidad. Lo estrictamente técnico empieza a estar demasiado digitalizado


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