El próximo lunes, la empresa de mensajería podría cancelar la cuenta de
miles de usuarios, pero la gran polémica legal se encuentra en sus nuevos
términos de uso, que no respetan las normativas europeas.
WhatsApp ha decidido cambiar sus términos y condiciones de uso para
facilitar la transferencia de datos entre el sistema de mensajería instantánea
y Facebook. Simplemente, con este anuncio, ya estaba servida la polémica. Sin
embargo, el nuevo texto también ha generado serias dudas legales por su
contenido superficial y su falta de transparencia, lo que ha despertado el
interés del conjunto de agencias de protección de datos, que ya están
investigando con lupa las nuevas normas de WhatsApp.
Pero, ¿cuáles son los principales problemas? Para empezar, existe una duda
sobre la continuidad del servicio si no se aceptan los nuevos términos y
condiciones, puesto que el mensaje que recibieron los usuarios indicaba lo
siguiente: "Por favor, acepta los términos y la política de privacidad
antes del 26 de septiembre de 2016 para continuar usando WhatsApp".
Según explica Alonso Hurtado, socio del departamento de tecnologías de la
información de Ecija, la plataforma podría decidir eliminar las cuentas, pero
cree que existen otras posibilidades. "WhatsApp puede desactivar automáticamente
la cuenta de un usuario y devolverle la parte proporcional de lo que pagó por
la descarga -poco probable-; podría proceder a la cancelación del servicio, sin
contraprestación; o, por último, darse la circunstancia de que simplemente se
trate de un farol y no suceda nada".
Mala estrategia
El letrado está convencido de que lo más probable es que si no se aceptan
los nuevos términos no suceda nada, puesto que esto afectaría a demasiadas
personas y no sería una buena estrategia. Sin embargo, el experto resalta otros
dos aspectos chocantes. Por un lado, no entiende que una de las partes que ha
firmado un contrato -el que se selló entre el usuario y WhatsApp- imponga
unilateralmente al usuario una decisión condicionada y, por otro, critica la falta
de transparencia en el mensaje de información, algo que va en contra de la
norma europea de protección de datos y de consumidores.
Además, añade, "en el caso de que WhatsApp decidiera cancelar
unilateralmente su servicio a los usuarios que pagaron por la aplicación, las
asociaciones de consumidores podrían abrir procedimientos alegando una posición
dominante y podrían pedir una devolución".
Otra de las dudas que ha generado las nuevas normas de uso del sistema de
mensajería está relacionada con la cesión de datos desde WhatsApp a Facebook,
así como a la familia empresarial de la red social -entre las que se encuentran
Instagram, Atlas y otras seis compañías más-. Aunque éste es un procedimiento
habitual entre compañías que han sido adquiridas por otras empresas, resulta
esencial que se solicite el consentimiento expreso del usuario que, como
siempre clama la Agencia Española de Protección de Datos, debe ser inequívoco e
informado.
Tipología
"Este problema es mayúsculo, porque la información completa es la
única manera de proteger a los consumidores y, en ese sentido, el reglamento
general de Protección de Datos es muy claro. Esto provoca que estos términos y
condiciones sean legalmente dudosos. Además, no sólo existe un problema en
cuanto a la información proporcionada y al consentimiento del usuario, sino que
no se especifica claramente qué tipología de datos van a ser transferidos y con
qué finalidad se van a utilizar. Una vez más, el que no aparezca hace pensar
que estas nuevas normas no son todo lo transparentes que deberían ser",
añade Hurtado.
Por último, el letrado destaca otro aspecto contrario a lo solicitado por
el reglamento europeo de protección de datos. "WhatsApp ha generado un
sistema para que el usuario, una vez haya aceptado los términos, permita o no a
Facebook que proporcione mercadotecnia de sus servicios. Pero esta opción está
marcada por defecto a favor de la transmisión de datos. Esto es totalmente
opuesto a la regla del privacy by design, es decir, que todos los
dispositivos y aplicaciones deben anteponer la privacidad de los usuarios desde
su creación. Este mandato, obligatorio en el conjunto de países de la Unión
Europea, en este caso no se cumple, puesto que WhatsApp toma la decisión por el
usuario -por defecto-, lo que no protege su intimidad", concluye el
letrado.
Razones de
cancelación
Antes de surgir la polémica sobre la posible cancelación de cuentas si no
se aceptan los nuevos términos y condiciones de la aplicación, la compañía de
mensajería instantánea ya contaba con una lista de razones que podían provocar
la salida de WhatsApp. Estos son algunos de los ejemplos:
- Utilizar sistemas automáticos para el envío masivo de mensajes.
- Subir material protegido con derechos de autor.
- Publicar falsedades o tergiversaciones que dañen a WhatsApp o a terceros.
- Poner contenidos de tipo ilegal, obscenos, difamatorios, amenazantes o étnicamente ofensivos.
- Hacerse pasar por otra persona.
- Publicar contenido para adultos.
- Envío de mensajes comerciales (spam).
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