El
trabajo del hacking ético consiste en realizar pruebas para intentar burlar la
seguridad informática de una organización a fin de identificar posibles brechas
de seguridad en la misma y adelantarse a los ciberdelicuentes.
España
es el tercer país del mundo donde más ciberataques se registran, con 70.000
agresiones al cierre de 2015 según el Ministerio de Asuntos Exteriores. Cada
día estamos expuestos a ser hackeados debido al mundo hiperconectado en el que
vivimos, por lo que la ciberseguridad ha pasado a un primer plano.
El
problema ya no es un molesto malware o perder algunos archivos, sino que los
ciberataques pueden tener consecuencias mucho más serias, como el robo de datos
bancarios e incluso espionaje industrial.
Uno
de los mecanismos del que disponen las empresas para protegerse de esta amenaza
es la utilización de hackers que les ayuden a detectar sus fallos de seguridad,
lo que se conoce como Hacking ético.
El objetivo del
hacking ético
El
objetivo de esta técnica consiste en localizar posibles fisuras de seguridad en
las redes informáticas de las instituciones y empresas.
Para
ello las compañías contratan a expertos informáticos a fin de que analicen y
testeen sus propias redes con el objetivo de conocer los elementos que son vulnerables
dentro de la empresa y corregirlos antes de que el ciberataque ocurra. A estos
profesionales del ciberespacio se les conoce como hackers de sombrero blanco o
hackers éticos.
El
trabajo de estas empresas de hacking ético consiste en realizar pen tests o
penetration tests, pruebas en las que el hacker intenta burlar la seguridad de
la red de la empresa en cuestión con el único fin de adelantarse a los
ciberdelincuentes.
Los requisitos
para la actividad de hacking ético
Dado
que las personas que realizan estas pruebas tienen acceso a información
confidencial, desde IMF Business School señala desatacan que antes de contratar
a un hacker es necesario asegurarse de que trabaja para alguna compañía en el
área de seguridad informática y que esa empresa de hacking ético posee una
certificación por entidades u organizaciones con reconocimiento a nivel
mundial.
Para Carlos Martínez, CEO de IMF Business School, “el hacking ético no es
más que una herramienta de prevención y protección de datos. Con los conocimientos
en ciberseguridad pretendemos adelantarnos a los ciberataques y evitar que
ocurran gracias a expertos informáticos entrenados para conocer y detectar el
ataque digital”.
En
este contexto, numerosas empresas, instituciones y gobiernos han empezado a trabajar
para detener este tipo de crímenes, por lo que la Unión Europea prevé que para
2020 se crearán más de un millón de empleos relacionados con la seguridad
informática. Como respuesta a la gran demanda de profesionales cualificados en
este sector, IMF Business School ha creado un Máster presencial en
ciberseguridad con 60 créditos ECTS que cuenta con recursos online en la
plataforma y, con el respaldo de los profesionales del Centro de Operaciones en
Ciberseguridad de Deloitte España (Deloitte CyberSOC-CERT).
Contenido curado por Isabel Asolo
(Community Manager) Heras Abogados Bilbao
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