El
incremento en el uso de dispositivos móviles como los teléfonos inteligentes o
smartphones y las tabletas ha supuesto que los mismos se hayan convertido en el
objetivo de desarrolladores de virus, como ya sucede con los ordenadores
personales.
Según
el último informe ‘La Sociedad de la Información en España’, elaborado por
Fundación Telefónica, en dos años la tasa de penetración de estos dispositivos
ha pasado de representar el 63% al 81% de los teléfonos móviles en España y
destaca el crecimiento del 68% de la venta de tabletas en 2014 en el país. El
informe señala que en España existen 23 millones de usuarios activos de
aplicaciones que realizan 3,8 millones de descargas diarias de aplicaciones.
De
esta forma, Telefónica destaca que el acceso a Internet se hace “cada vez más
móvil” e indica que los terminales móviles continúan ganando cuota de mercado
respecto al dispositivo fijo y los servicios son cada vez más utilizados en
movilidad.
En
concreto, en 2014 más de 21,4 millones de españoles han accedido a Internet en
movilidad, lo que representa 4 millones más que en 2013.
Esta
mayor penetración supone grandes de cambios, tanto en el uso de los terminales
como en los riesgos para la seguridad y en las herramientas y medidas de
protección que los usuarios ponen en marcha.
Aunque
a día de hoy no parece ser un problema muy extendido, la penetración creciente
de estos dispositivos obliga a prevenir los posible malos usos por parte de
delincuentes informáticos, como puede ser el robo de los datos privados de los
usuarios, como la tarjeta de crédito (cada día es más habitual realizar
transacciones en internet utilizando un tablet o un smartphone) o por ejemplo,
el introducir en dichos dispositivo un software malicioso (junto a la descarga
de un archivo aparentemente normal) que permita el envío de manera oculta de
mensajes SMS a números de tarificación adicional. Simplemente basta con pensar
lo que puede significar un virus que controle el Smartphone el día que sean
habituales los pagos con el móvil, para entender el peligro.
No
obstante, los desarrolladores de dispositivos móviles se basan en plataformas
que obviamente no quieren ser víctimas de ciberataques. Así, tanto Google, como
Apple o Microsoft tienen experiencia en este campo, y ofrecen diversos métodos
para tratar de proteger al usuario.
El
caso de Android es especialmente reseñable por tratarse de la plataforma más
popular y, por tanto, la más atacada por los cibercriminales. Google hace
tiempo que ofrece sus recursos para luchar contra el malware, y por ejemplo
escanea con mucha frecuencia su catálogo de aplicaciones disponibles en Google
Play, algo fundamental a la hora de proteger su repositorio software, aunque no
garantice una seguridad al 100%.
Las
últimas mejoras en Android 4.2 (hay que tener en cuenta que todavía muchos
teléfonos utilizan versiones anteriores y por tanto, menos seguras) también
hacen frente a esas amenazas: si tratamos de instalar aplicaciones de otras
fuentes que no sean Google Play, el sistema nos ofrecerá verificar esas
aplicaciones y escanearlas antes de la instalación. El bloqueo de mensajes SMS
Premium es otra de esas medidas novedosas, como también lo es el propio
comportamiento de Android en materia de seguridad, con una descripción de los
permisos que cada aplicación utilizará antes de instalarla.
Instalar
aplicaciones que no provengan de Google Play o Amazon AppStore (en el caso de
Android) o, en general, de sitios oficiales es, sin duda, la primera medida
para protegernos, y por supuesto, la más importante. Es complicado que una
aplicación maliciosa se cuele en esos repositorios, y es un hecho demostrado
que la inmensa mayoría del malware procede de aplicaciones instaladas desde
fuentes de dudosa procedencia o de copias ilegales de juegos y herramientas.
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