Cuando una entidad lanza una Oferta Pública de Adquisición de
Acciones (OPA) de tipo hostil sobre una sociedad, esta última puede tratar de
defenderse tomando decisiones lesivas para la marcha de la sociedad mientras es
acosada. Cuando se consigue el control por parte de la entidad oferente, el
deterioro de la sociedad afectada ya es manifiesto.
La sociedad afectada se ve acosada de tal manera, y siente tal
animadversión hacia la entidad oferente, que decide liquidar todos sus activos,
prescindir de sus mejores ejecutivos, renunciar a sus mejores contratos, etc.,
a fin de que cuando la entidad oferente triunfe, se encuentre con que en vez de
una empresa, compra una "cáscara vacía". En el fondo, es el
"recurso del pataleo", pero por lo menos el consejo saliente sentirá
la satisfacción de haber causado daño a su oponente.
Asimismo, y en la medida de lo posible, el consejo puede tratar
de descapitalizar la empresa, pidiendo financiación a entidades financieras,
cuyo único objetivo es pagar un dividendo extraordinario de elevada cuantía a
los actuales accionistas, y que cuando la entidad oferente llegue a controlar
el consejo de la entidad, se encuentre con que tiene tal nivel de endeudamiento
que la empresa vale mucho menos de lo que ha pagado por ella.
Cuando una entidad lanza una Oferta Pública de Adquisición de
Acciones (OPA) de tipo hostil sobre una sociedad, esta última puede tratar de
defenderse tomando decisiones lesivas para la marcha de la sociedad mientras es
acosada. Cuando se consigue el control por parte de la entidad oferente, el
deterioro de la sociedad afectada ya es manifiesto.
La sociedad afectada se ve acosada de tal manera, y siente tal
animadversión hacia la entidad oferente, que decide liquidar todos sus activos,
prescindir de sus mejores ejecutivos, renunciar a sus mejores contratos, etc.,
a fin de que cuando la entidad oferente triunfe, se encuentre con que en vez de
una empresa, compra una "cáscara vacía". En el fondo, es el
"recurso del pataleo", pero por lo menos el consejo saliente sentirá
la satisfacción de haber causado daño a su oponente.
Asimismo, y en la medida de lo posible, el consejo puede tratar
de descapitalizar la empresa, pidiendo financiación a entidades financieras,
cuyo único objetivo es pagar un dividendo extraordinario de elevada cuantía a
los actuales accionistas, y que cuando la entidad oferente llegue a controlar
el consejo de la entidad, se encuentre con que tiene tal nivel de endeudamiento
que la empresa vale mucho menos de lo que ha pagado por ella.
No hay comentarios:
Publicar un comentario