Para que una
compañía obtenga una ventaja competitiva, debe permanecer vigilante, y estar
permanentemente rastreando los cambios que se producen en su entorno. También
tiene que ser ágil para alterar sus estrategias y planes cuando surge alguna dificultad.
Hay tres
maneras de analizar el entorno del negocio:
- Análisis ad-hoc. A corto plazo, exámenes esporádicos, normalmente iniciados por una crisis.
- Análisis regular. Estudios realizados sobre un plan regular (por ejemplo, una vez al año).
- Análisis continuo (también llamado aprendizaje continuo). Recogida de datos estructurada de forma continua sobre un amplio espectro de factores del entorno.
La mayoría de
los especialistas piensan que en el turbulento entorno en el que se mueven los
negocios hoy en día el mejor método es el análisis continuo. Ello permite a la
compañía actuar rápidamente, tomar ventaja de las oportunidades antes que los
competidores y así responder a las amenazas del entorno antes de que se haya
producido un daño significativo.
Una vez que
la información se ha obtenido se tiene que comunicar a toda la compañía, a
todos los departamentos y a todos los niveles. Hay una resistencia natural a
este planteamiento porque muchos empresarios piensan que el conocimiento es
poder y que compartirlo reduce el valor de una compañía. Todo lo contrario.
Todo el mundo en la compañía debería compartir la tarea de realizar el
análisis. Cuando todos los empleados analizan parte del entorno y toda la
información así obtenida se distribuye a toda la organización a dicha sociedad
se le llama organización del
aprendizaje.
Contenido curado por Isabel Asolo (Community
Manager) HERAS ABOGADOS BILBAO
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