Se
conoce con el nombre de “Finanzas Familiares” la gestión de todos los ingresos
y gastos que una unidad familiar, con todos sus miembros incluidos, posee. Esta
gestión está basada en pocos y, en un primer momento, sencillos principios,
como pueden ser:
- — Gastar menos de lo que se ingresa, para evitar el sobreendeudamiento.
- — Eliminar el gasto superfluo, o el que se destina a cosas que rara vez se utilizan.
- — Intentar ahorrar para el futuro (en función de objetivos: estudio de los hijos, jubilación).
- — Reducir la deuda cara, como aquella que cuesta más, en la que se pagan más intereses (tarjetas de crédito, créditos rápidos a tasas muy elevadas).
- — Implantar una rutina de ahorro en lugar de gasto, para lo cual se debe contar con un plan de inversiones.
Todo
lo anterior está supeditado a la existencia de un presupuesto familiar en el
que se encuentren perfectamente delimitados las entradas de dinero, las
salidas, los objetivos que se persiguen, así como la forma de lograrlos.
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