viernes, 8 de abril de 2016

DESPACHOS DEL SIGLO XXI PARA SER MÁS CERCANOS A LOS CLIENTES




Los bufetes de abogados se han sumado en los últimos años a las nuevas tendencias en el diseño de interiores para ofrecer una imagen mucho más moderna y cercana a las necesidades actuales de sus clientes.
Experiencia, confianza, profesionalidad, cercanía o transparencia son cualidades clave en los despachos de abogados que se suman a los números mucho más objetivos que acompañan sus éxitos profesionales. Sin embargo, comunicar los valores de una compañía no es una tarea fácil, por lo que necesitan apoyarse en todos los recursos posibles para transmitirlos a los clientes.
Al igual que la gran mayoría de los bufetes tratan de localizarse en las zonas más nobles de las ciudades, el interior de las oficinas es una buena vía para comunicar esas cualidades que acercan de manera subjetiva a los clientes a la filosofía del despacho. Y es que se trata de la primera impresión que se llevan nada más cruzar la puerta, una carta de presentación que hay que cuidar.
Los despachos de abogados han tardado un poco más que otros sectores en sumarse al diseño profesional de interiores, pero han aceptado rápidamente las últimas tendencias que pasan por hacer oficinas más accesibles y confortables. Así lo estima Miguel Barahona, arquitecto y director del máster de diseño de interiores de IED Madrid, quien resume que el objetivo debe ser crear "espacios en los que apetezca entrar".
Adiós al clasicismo
El clasicismo que acompañaba hasta hace unos años al sector con maderas nobles, pesadas alfombras y cuadros de cortes tradicionales ha dado paso a oficinas modernas en las que la distribución y la decoración ayudan a transmitir la imagen de una empresa del siglo XXI que sabe responder a las necesidades actuales de sus clientes.
Para conseguirlo, los expertos recomiendan, por ejemplo, la presencia de elementos naturales, como jardines verticales o pequeños patios interiores con vegetación, que ayudan a generar una sensación de bienestar y mejoran la percepción espacial.
Sin embargo, el diseño de un bufete no puede olvidar que no sólo hay que agradar a los clientes, ya que son centros de trabajo que deben tener todos los elementos necesarios para que los empleados puedan cumplir sus funciones. De nada sirve una sala de reuniones con una gran cristalera para que entre luz natural, láminas modernas y mesas de cristal si la conexión a Internet falla y no se puede establecer sin cortes una videoconferencia con un cliente que se encuentra en otro país.
El diseño de interiores debe acompañar al cambio actual que se está produciendo en la formas de trabajar, "cada vez más colaborativas, transparentes y más centradas en el cliente. "El espacio más flexible ha de facilitar la colaboración entre disciplinas e incluir las nuevas tecnologías", mantiene.
Esta nueva situación implica espacios de trabajo multifuncionales, más flexibles y que se puedan utilizar por distintos equipos de trabajo. Esto permite, a su vez, una reducción de los costes fijos para la empresa al no tener tantas zonas infrautilizadas y necesitar, por tanto, menos metros cuadrados para la oficina.
Los colores y la decoración también juegan un papel fundamental. Ya no se estilan las maderas oscuras ni los diseños recargados, ya que se prefieren tonos claros que ofrezcan ambientes tranquilos. El color corporativo debe usarse de manera puntual y, a ser posible, en su gama cromática para no cansar.

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