miércoles, 17 de septiembre de 2014

PATRON ORO

I. CONCEPTO
El patrón oro es un sistema de determinación del tipo de cambio en el que las autoridades monetarias de cada país fijan el precio de sus monedas en términos de oro, éstas son libremente convertibles en oro, se permite la libre exportación e importación de oro y cada país mantiene sus reservas exteriores en este metal precioso.
En el sistema de patrón oro se establecen tipos de cambio fijos entre todos los pares de divisas que forman parte del sistema. En concreto, el tipo de cambio que se establece entre dos monedas viene determinado a partir de la cantidad de oro por la que se intercambia cada moneda.
Su período de mayor éxito estuvo comprendido entre 1870 y 1914, aunque muchos países intentaron, sin éxito, su restablecimiento al finalizar la Primera Guerra Mundial.
II. LOS ORÍGENES DEL PATRÓN ORO
El patrón oro tuvo su origen en el uso de las monedas de oro como dinero, es decir, como medio de cambio, unidad de cuenta y depósito de valor. Aunque el oro había sido utilizado como dinero desde la antigüedad, el patrón oro, como institución legal, tiene su origen en 1819, cuando el Parlamento británico aprobó la Resumption Act, mediante la cual se reanudaba la práctica de cambiar el papel moneda por oro a un precio fijo. Esta ley fue el primer paso hacia un verdadero patrón oro porque, simultáneamente, abolía las restricciones que durante largo tiempo existieron en Gran Bretaña sobre la exportación de oro.
Más avanzado el Siglo XIX, Alemania, Japón y otros países también adoptaron el patrón oro. Los Estados Unidos se unieron efectivamente al patrón oro en 1879 y en 1900 institucionalizaron los vínculos entre el dólar y el oro.
En la segunda mitad del Siglo XIX Gran Bretaña era el líder económico del mundo y debido a su supremacía en el comercio internacional y al avanzado desarrollo de sus instituciones financieras, Londres se convirtió en el centro del sistema financiero internacional del patrón oro.
III. EL FUNCIONAMIENTO DEL PATRÓN ORO
Los requisitos fundamentales del patrón oro para su funcionamiento son que los países que lo establezcan:
·          Deben mantener el valor de su unidad monetaria igual a una cierta cantidad de oro.
·          Deben aceptar la conversión de las monedas por oro.
·          Deben permitir la libre exportación e importación de oro.
·          Deben constituir sus reservas centrales con oro.
Bajo los anteriores acuerdos, el patrón oro, al establecerse la paridad de cada divisa en términos de oro, establece unos tipos de cambio fijos entre las monedas. Por ejemplo, si la Reserva Federal estadounidense establecía el precio en dólares del oro en 45 dólares la onza, y el Banco Central de Inglaterra fijaba el precio del oro en 15 libras esterlinas por onza, el tipo de cambio del dólar respecto a la libra sería de 3 dólares por libra, resultado de dividir 45 dólares por onza de oro entre 15 libras por onza.
El tipo de cambio cruzado entre dos monedas bajo el patrón oro tan sólo podía diferir de un país a otro en un estrecho margen, ya que en caso contrario se producían operaciones de arbitraje que eliminarían las diferencias de cotización. La amplitud de los márgenes venía determinada por los costes de transporte del oro y de las primas de seguro durante el trayecto y, en cualquier caso, eran bastante estrechos.
IV. EL EQUILIBRIO EXTERNO Y SU AJUSTE BAJO EL PATRÓN ORO
Con el patrón oro es responsabilidad de las autoridades monetarias preservar la paridad oficial entre la moneda del país y el oro, y para ello el banco central precisa mantener un nivel adecuado de reservas en forma de oro.
Los bancos centrales trataban de evitar la existencia de importantes desequilibrios en la balanza de pagos, entendida ésta como la suma de la balanza por cuenta corriente más los componentes de la cuenta financiera que no son reservas. Y dado que las reservas exteriores tomaban la forma de oro, los superávit o déficit en la balanza de pagos tenían que ser financiados mediante el envío de oro entre bancos centrales.
Consecuentemente, para las autoridades económicas el equilibrio de la balanza de pagos se convierte en un objetivo importante de política económica, pero entendido éste no como equilibrio en la balanza por cuenta corriente, sino como una situación en la que el banco central no ganara ni, en especial, perdiera oro a un ritmo que condujera al agotamiento de sus reservas exteriores.
Estos movimientos de oro entre países consecuencia de los desequilibrios en la balanza de pagos constituían un mecanismo automático de ajuste, que contribuía a conseguir de manera simultánea el equilibrio en la balanza de pagos de los distintos países que integraban el sistema. Este mecanismo de ajuste fue ya descrito a mediados del Siglo XVIII por David Hume y se ha conocido bajo la denominación de mecanismo del ajuste “flujo de especie-precio”.
Las fuerzas que ponen en movimiento el mecanismo de ajuste que conduciría a un reequilibrio de la balanza de pagos son las variaciones en la cantidad de dinero y los efectos inducidos por éstas. Por ejemplo, supongamos que un país A tiene un superávit en su cuenta corriente que es mayor que el déficit de su cuenta de capital, excluidas las reservas. Por tanto, se producirán entradas de reservas internacionales, es decir, de oro. Estos flujos internacionales de oro reducen las ofertas monetarias en el exterior y aumentan la del país A. Estos flujos de oro reducen automáticamente las ofertas monetarias en el exterior y aumentan la del país A, empujando a la baja los precios exteriores y al alza los nacionales.
El aumento de los precios en el país A junto con la caída simultánea de los precios en el resto del mundo –es decir, una apreciación real de la moneda del país A- reduce la demanda extranjera de bienes y servicios del país A e incrementa la demanda de productos extranjeros. Esta desviación de la demanda actúa en el sentido de reducir el superávit por cuenta corriente del país A y el déficit de los países extranjeros. En consecuencia, llegará un momento en que cesarán los movimientos de reservas, equilibrándose las balanzas de pagos.
V. EL FUNCIONAMIENTO DEL PATRÓN ORO EN LA PRÁCTICA
El ajuste suave y automático hacia el equilibrio en las balanzas de pagos que en teoría debía darse bajo el sistema de patrón oro no respondió del todo a la realidad. De hecho, muchos países violaron frecuentemente las reglas del sistema y esterilizaron los flujos de oro, esto es, vendían activos nacionales cuando las reservas extranjeras estaban creciendo y compraban activos nacionales cuando descendían. Esta intervención generalizada de los países en las exportaciones de oro privado socavó también el sistema.
El sistema patrón oro pretendía, mediante la fijación de los precios de las monedas en términos de oro, limitar el crecimiento monetario de la economía mundial y estabilizar los niveles de precios mundiales. Sin embargo, en el período de vigencia del sistema de patrón oro, los niveles de precios nacionales se movieron a corto plazo de modo impredecible, al sucederse períodos de inflación y de deflación. Además, el patrón oro no parece que consiguiera asegurar el pleno empleo.
En definitiva, el hecho de que en el sistema de patrón oro se subordinara la estabilidad interna a los objetivos externos, hizo que se produjera una importante inestabilidad interna a corto plazo.
VI. MODALIDADES DEL PATRÓN ORO
Dependiendo de la forma en que se establezca la conversión de la moneda en oro es posible diferenciar tres sistemas de patrón oro:
·          Patrón oro clásico. El país en cuestión se compromete a acuñar monedas y a cambiar billetes por oro y viceversa, siempre que los particulares lo exijan. Este fue el sistema utilizado por Gran Bretaña, y la mayor parte de los países, hasta 1914.
·          Patrón lingotes oro. El país se compromete a cambiar oro en billetes y viceversa, pero sólo por encima de una cantidad mínima y en múltiplos de la misma. Fue el aplicado por Gran Bretaña cuando retornó al patrón oro en 1925.
·          Patrón cambios oro. El país en cuestión mantiene su paridad comprando y vendiendo divisas de otros países que mantengan el patrón oro en una de sus dos formas anteriores. Este es el sistema de patrón oro que llegó a adquirir una gran importancia en años previos a la Gran Depresión


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