I. CONCEPTO
En el modelo
macroeconómico clásico se refiere a la propiedad del dinero consistente en que
una variación en su cantidad afecta únicamente a las variables nominales, pero
no así a las variables reales del modelo. Lo realmente importante del dinero es
que permite realizar comparaciones entre el valor de dos o más bienes, el valor
del dinero es relativo.
II. EL DINERO
COMO UN VELO
Para poder
comprender el concepto de la neutralidad del dinero precisamos, en primer término,
delimitar qué se entiende por dinero, para en segundo lugar diferenciar entre
variables económicas reales y variables nominales. Una vez hecho esto, podremos
explicar mejor la razón por la que los economistas clásicos consideraron que
variaciones en la cantidad de dinero no afectaban a las variables reales de la
economía.
1. Concepto
de dinero
Sin ánimo de
ser exhaustivos, resulta necesario señalar en primer lugar que no existe una
definición única y generalmente aceptada de dinero. Es por ello por lo que se
suele definir dinero por las funciones que debe cumplir cualquier activo para
ser considerado como tal. En concreto son cuatro:
- a) Ser aceptado como medio de cambio en cualquier tipo de transacciones.
- b) Mantener su valor a lo largo del tiempo, es decir, ser un depósito de valor
- c) Ser unidad de cuenta, es decir, que los precios de los demás bienes se puedan expresar en términos de dicho activo.
- d) Actuar como patrón de pagos diferidos
A lo largo de
la historia los activos que han sido considerados dinero han ido variando. De
hecho lo que en la actualidad es dinero hace apenas 50 años no lo era, y el
dinero de hace 1.000 años ya no es considerado como tal en la actualidad (en el
supermercado del barrio no aceptan como medio de pago para una transacción una
moneda de oro del siglo XV).
2. La
dicotomía clásica: términos reales y términos nominales
Para explicar
la neutralidad del dinero resulta necesario resaltar la tercera característica
del dinero: el dinero como unidad de cuenta. Ya en el siglo XVIII David Hume
prestó una especial atención a la diferencia existente entre las variables
económicas reales y las nominales. Cuando cualquier variable económica está
expresada en términos monetarios decimos que es nominal. Por el contrario
cuando se encuentran expresadas en unidades físicas o en términos relativos son
variables reales. Por ejemplo, suponemos que una economía produce dos bienes,
coches y ordenadores. Durante un año produce 5 coches y 6 ordenadores por un
valor de 3 unidades monetarias cada coche y de 1 cada ordenador. La producción
durante ese año expresada en términos nominales será de 21 unidades monetarias
(5 coches por 3 u.m. más 6 ordenadores a 1 u.m. cada uno). La producción real
sería de 5 coches y de 6 ordenadores. Sin embargo, y aquí radica la importancia
de la explicación, si bien los precios expresados en dinero de coches y
ordenadores son variables nominales, los precios relativos son variables
reales. Si cada coche cuesta 3 u.m. y cada ordenador 1 u.m., cada coche costará
tres ordenadores y cada ordenador 1/3 de coche. El precio de un coche con
respecto al de un ordenador es una variable real y es independiente de la
unidad monetaria en que se encuentren expresados dichos valores. El intercambio
siempre será de 1 coche por tres ordenadores, independientemente de que los
coches cuesten 6.000 euros y los ordenadores 2.000.
El dinero,
por tanto, permite expresar el valor de un bien con respecto al de otro
(función de unidad de cuenta). La unidad monetaria en que se expresan los precios
de los bienes y servicios no es importante para la determinación de los valores
reales, lo realmente importante para los valores reales es la relación entre
los valores de los bienes.
La teoría de
la neutralidad del dinero bien entendida establece que las unidades empleadas
para medir valores no afectan a los valores reales o relativos. Así, si en
lugar utilizar unidades monetarias utilizáramos euros, cada coche costaría
6.000 euros y cada ordenador 2.000 euros. Su valor nominal o monetario habría
cambiado, pero no así su valor real, pues su valor relativo continuaría siendo
de 3 ordenadores por cada coche. Una alteración, por tanto, de la totalidad de
valores monetarios de la economía no tendrá efectos sobre la economía real.
III. ¿SE
CUMPLE SIEMPRE LA TEORÍA DE LA NEUTRALIDAD DEL DINERO?
En principio
y según esta teoría un cambio en el nivel de precios no tendría repercusiones
sobre la economía real. Sin embargo, en las situaciones del mundo real el
ajuste en los precios no tiene lugar inmediatamente, por lo que de hecho cuando
hay inflación se producen cambios en los valores reales. Por ejemplo
consideramos que el alquiler de una vivienda cuesta 1.000 euros y un anillo 500
euros. El alquiler costaría el doble que un anillo. Los precios suben un 100%.
En este caso, si el ajuste es inmediato no se produce ninguna variación en
términos reales: el alquiler costará ahora 2.000 euros y el anillo 1.000 euros.
En términos nominales se ha duplicado el valor, pero en términos reales sigue
siendo el mismo. Sin embargo, el ajuste no es inmediato. El contrato de
arrendamiento se revisa cada año, por lo que si la subida de precios ha tenido
lugar al mes de revisar el contrato, el propietario no podrá trasladarla hasta
dentro de un año. En ese caso el precio del alquiler continuará siendo de 1.000
euros y el del anillo de 1.000. Ha tenido lugar una alteración en el valor
real; los precios relativos sí que han cambiado y ahora el valor del alquiler
es igual al del anillo (por lo menos durante los 11 meses siguientes).
Por ello, los
economistas aceptan la validez de la teoría de la neutralidad del dinero en el
largo plazo, no así en aquellas situaciones propias del corto plazo, cuando el
nivel de precios está variando, y los ajustes se dilatan en el tiempo al
existir rigideces.
Por otra
parte, la neutralidad del dinero tampoco se cumple cuando se produce el
fenómeno de la ilusión monetaria. Éste tiene lugar cuando los agentes
económicos actúan ante cambios en variables nominales o monetarias como si
fueran variaciones en la renta real. Como se ha explicado anteriormente si las
rentas y los precios aumentan un 20%, los precios relativos no variarán, por lo
que el agente económico no debería cambiar sus decisiones de gasto. El problema
puede surgir cuando el agente económico sólo tiene en cuenta que su salario
nominal ha subido un 20%, sin considerar que en términos reales ha permanecido
fijo (aunque dispone de un mayor salario nominal, como los precios han crecido
en la misma proporción, sólo puede seguir comprando la misma cantidad de bienes
que hasta ese momento, ni una mayor cantidad ni una menor cantidad). Al creer
que su renta real ha aumentado un 20% (aunque en términos reales se mantiene,
porque los precios también han crecido un 20%), podría modificar sus decisiones
de gasto, ya que considera, de manera equivocada, que dispone de una mayor
cantidad de dinero para adquirir bienes. En este caso, por tanto una variación
en la renta monetaria podría traer consigo un cambio en la renta real, como
consecuencia del fenómeno de la ilusión monetaria, por lo que el principio de
la neutralidad del dinero no se cumpliría.
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