miércoles, 28 de diciembre de 2016

NEUTRALIDAD DEL DINERO




I. CONCEPTO
En el modelo macroeconómico clásico se refiere a la propiedad del dinero consistente en que una variación en su cantidad afecta únicamente a las variables nominales, pero no así a las variables reales del modelo. Lo realmente importante del dinero es que permite realizar comparaciones entre el valor de dos o más bienes, el valor del dinero es relativo.
II. EL DINERO COMO UN VELO
Para poder comprender el concepto de la neutralidad del dinero precisamos, en primer término, delimitar qué se entiende por dinero, para en segundo lugar diferenciar entre variables económicas reales y variables nominales. Una vez hecho esto, podremos explicar mejor la razón por la que los economistas clásicos consideraron que variaciones en la cantidad de dinero no afectaban a las variables reales de la economía.
1. Concepto de dinero
Sin ánimo de ser exhaustivos, resulta necesario señalar en primer lugar que no existe una definición única y generalmente aceptada de dinero. Es por ello por lo que se suele definir dinero por las funciones que debe cumplir cualquier activo para ser considerado como tal. En concreto son cuatro:
  • a) Ser aceptado como medio de cambio en cualquier tipo de transacciones.
  • b) Mantener su valor a lo largo del tiempo, es decir, ser un depósito de valor
  • c) Ser unidad de cuenta, es decir, que los precios de los demás bienes se puedan expresar en términos de dicho activo.
  • d) Actuar como patrón de pagos diferidos
A lo largo de la historia los activos que han sido considerados dinero han ido variando. De hecho lo que en la actualidad es dinero hace apenas 50 años no lo era, y el dinero de hace 1.000 años ya no es considerado como tal en la actualidad (en el supermercado del barrio no aceptan como medio de pago para una transacción una moneda de oro del siglo XV).
2. La dicotomía clásica: términos reales y términos nominales
Para explicar la neutralidad del dinero resulta necesario resaltar la tercera característica del dinero: el dinero como unidad de cuenta. Ya en el siglo XVIII David Hume prestó una especial atención a la diferencia existente entre las variables económicas reales y las nominales. Cuando cualquier variable económica está expresada en términos monetarios decimos que es nominal. Por el contrario cuando se encuentran expresadas en unidades físicas o en términos relativos son variables reales. Por ejemplo, suponemos que una economía produce dos bienes, coches y ordenadores. Durante un año produce 5 coches y 6 ordenadores por un valor de 3 unidades monetarias cada coche y de 1 cada ordenador. La producción durante ese año expresada en términos nominales será de 21 unidades monetarias (5 coches por 3 u.m. más 6 ordenadores a 1 u.m. cada uno). La producción real sería de 5 coches y de 6 ordenadores. Sin embargo, y aquí radica la importancia de la explicación, si bien los precios expresados en dinero de coches y ordenadores son variables nominales, los precios relativos son variables reales. Si cada coche cuesta 3 u.m. y cada ordenador 1 u.m., cada coche costará tres ordenadores y cada ordenador 1/3 de coche. El precio de un coche con respecto al de un ordenador es una variable real y es independiente de la unidad monetaria en que se encuentren expresados dichos valores. El intercambio siempre será de 1 coche por tres ordenadores, independientemente de que los coches cuesten 6.000 euros y los ordenadores 2.000.
El dinero, por tanto, permite expresar el valor de un bien con respecto al de otro (función de unidad de cuenta). La unidad monetaria en que se expresan los precios de los bienes y servicios no es importante para la determinación de los valores reales, lo realmente importante para los valores reales es la relación entre los valores de los bienes.
La teoría de la neutralidad del dinero bien entendida establece que las unidades empleadas para medir valores no afectan a los valores reales o relativos. Así, si en lugar utilizar unidades monetarias utilizáramos euros, cada coche costaría 6.000 euros y cada ordenador 2.000 euros. Su valor nominal o monetario habría cambiado, pero no así su valor real, pues su valor relativo continuaría siendo de 3 ordenadores por cada coche. Una alteración, por tanto, de la totalidad de valores monetarios de la economía no tendrá efectos sobre la economía real.
III. ¿SE CUMPLE SIEMPRE LA TEORÍA DE LA NEUTRALIDAD DEL DINERO?
En principio y según esta teoría un cambio en el nivel de precios no tendría repercusiones sobre la economía real. Sin embargo, en las situaciones del mundo real el ajuste en los precios no tiene lugar inmediatamente, por lo que de hecho cuando hay inflación se producen cambios en los valores reales. Por ejemplo consideramos que el alquiler de una vivienda cuesta 1.000 euros y un anillo 500 euros. El alquiler costaría el doble que un anillo. Los precios suben un 100%. En este caso, si el ajuste es inmediato no se produce ninguna variación en términos reales: el alquiler costará ahora 2.000 euros y el anillo 1.000 euros. En términos nominales se ha duplicado el valor, pero en términos reales sigue siendo el mismo. Sin embargo, el ajuste no es inmediato. El contrato de arrendamiento se revisa cada año, por lo que si la subida de precios ha tenido lugar al mes de revisar el contrato, el propietario no podrá trasladarla hasta dentro de un año. En ese caso el precio del alquiler continuará siendo de 1.000 euros y el del anillo de 1.000. Ha tenido lugar una alteración en el valor real; los precios relativos sí que han cambiado y ahora el valor del alquiler es igual al del anillo (por lo menos durante los 11 meses siguientes).
Por ello, los economistas aceptan la validez de la teoría de la neutralidad del dinero en el largo plazo, no así en aquellas situaciones propias del corto plazo, cuando el nivel de precios está variando, y los ajustes se dilatan en el tiempo al existir rigideces.
Por otra parte, la neutralidad del dinero tampoco se cumple cuando se produce el fenómeno de la ilusión monetaria. Éste tiene lugar cuando los agentes económicos actúan ante cambios en variables nominales o monetarias como si fueran variaciones en la renta real. Como se ha explicado anteriormente si las rentas y los precios aumentan un 20%, los precios relativos no variarán, por lo que el agente económico no debería cambiar sus decisiones de gasto. El problema puede surgir cuando el agente económico sólo tiene en cuenta que su salario nominal ha subido un 20%, sin considerar que en términos reales ha permanecido fijo (aunque dispone de un mayor salario nominal, como los precios han crecido en la misma proporción, sólo puede seguir comprando la misma cantidad de bienes que hasta ese momento, ni una mayor cantidad ni una menor cantidad). Al creer que su renta real ha aumentado un 20% (aunque en términos reales se mantiene, porque los precios también han crecido un 20%), podría modificar sus decisiones de gasto, ya que considera, de manera equivocada, que dispone de una mayor cantidad de dinero para adquirir bienes. En este caso, por tanto una variación en la renta monetaria podría traer consigo un cambio en la renta real, como consecuencia del fenómeno de la ilusión monetaria, por lo que el principio de la neutralidad del dinero no se cumpliría.

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