La
inversión residencial se consolida por su bajo riesgo. El rendimiento bruto de
los pisos-alquiler más plusvalía a un año- registró su mejor año desde el
'boom' inmobiliario.
A
medida que se consolida la recuperación del mercado residencial, la vivienda se
consolida como inversión atractiva. Comprar un inmueble para luego ponerlo en
el mercado del alquiler es, hoy por hoy, una operación con una elevada
rentabilidad y bajo riesgo.
Es
decir, la opción preferida de los inversores a largo plazo. No en vano, la
vivienda cerró el año 2015 con una rentabilidad media del 8,8%, la cifra anual
más alta desde 2006, según los datos del Banco de España.
El
organismo que gobierna Luis María Linde tiene en cuenta no sólo el rendimiento
bruto del alquiler (4,6%, en diciembre del año pasado), sino, también, la
plusvalía a 12 meses, que añade 4,2 puntos porcentuales adicionales. De ahí que
multitud de pequeños y medianos inversores se hayan fijado en el mercado
residencial como refugio ante la escasa rentabilidad de otras inversiones. El
rendimiento de la vivienda es seis veces superior al 1,44% que ofrece la deuda
pública a 10 años, y 22 veces mayor que el 0,4% que rentan los depósitos.
Entretanto, el rendimiento del Ibex 35 es negativo (-24,3% en febrero, según el
Banco de España).
El
8,8% es la mayor rentabilidad, a final de año, desde el 17,7% de 2006. Ni
siquiera en 2007, el año del pico de la burbuja, se registró un dato mayor
(entonces fue del 8,6%). Desde 2008 a 2013 la rentabilidad fue siempre
negativa, y 2014 cerró con un 6,4%, 2,4 puntos menos que el año siguiente.
Los
pisos rentan ya seis veces más que la deuda pública y 22 veces más que los
depósitos bancarios
"Es
un dato muy bueno que confirma el cambio de tendencia del mercado residencial,
iniciado en 2014", apunta Julio Gil, presidente de la Fundación de
Estudios Inmobiliarios (FEI). "La conjunción de la evolución positiva del
precio de la vivienda y la tendencia de las rentas del alquiler han dado como
resultado una rentabilidad muy elevada que confirma la estabilización del
mercado y que pone en un lugar relevante a la vivienda frente a otros activos
de inversión, destacando por una muy buena relación del binomio rentabilidad-riesgo",
. Eso sí, si bien "este indicador confirma la cada vez más sólida
estabilización del mercado", ello "no se debe confundir con una situación
de crecimiento abrupto".
"El
dato del Banco de España va en la línea con la plusvalía que están registrando
las Socimis, por tanto me parece coherente", "Todos somos testigos de
la revalorización de la vivienda en las grandes ciudades. Actualmente se vive
un impasse de alta rentabilidad y bajo riesgo, algo muy poco común. Por ello,
los expertos recomiendan invertir en viviendas bien localizadas y con una
demanda elevada. Las zonas principales y la periferia del centro de las grandes
ciudades son las mejores para comprar un inmueble y sacarlo después al
alquiler. Las mejores opciones son pisos de menos de 80 metros cuadrados y una
o dos habitaciones, ya que son los que tienen una mayor ratio de renta por
arrendamiento por cada metro cuadrado.
Además,
el precio de los alquileres está subiendo. Los arrendamientos se encarecieron
en 2015 en todas las comunidades, a excepción del País Vasco, en la que bajó un
0,3%, según Fotocasa. Es la primera vez que el precio del alquiler se
incrementa en 16 comunidades desde que se creó, hace nueve años, esta
estadística, que es la que usa el Banco de España a falta de fuentes oficiales.
El
precio del alquiler sube en toda España y la vivienda en propiedad se
encarecerá un 5%
Además,
la variación anual del precio del alquiler fue del 3,6%, la más alta que se ha
registrado en todo el histórico del índice. "Cada vez más gente alquila no
sólo porque no pueden acceder a la compra de una casa, sino también porque se
ha producido un cambio de mentalidad a favor del alquiler".
Rentabilidad
neta
Por
otro lado, cabe destacar que la rentabilidad neta -sumada la plusvalía- de la
vivienda en España es del 5,2%, según el Instituto de Práctica Empresarial.
Ésta se obtiene dividiendo los ingresos obtenidos por el alquiler (restándoles
los gastos) entre el precio del inmueble, más la revalorización a 12 meses. Por
ejemplo, un piso que cuesta 100.000 euros y se alquila por 500 euros al mes
(6.000 al año), con unos gastos de comunidad, IBI, etcétera, de 2.000 euros al
año, tiene una rentabilidad del 4% (4.000 euros de ingresos netos divididos
entre los 100.000 del precio). Si su revalorización es del 3%, la rentabilidad
neta, del 7%.
Cabe
destacar que la expectativa de subida de precios será cercana al 5% en 2016.
No hay comentarios:
Publicar un comentario