Disruptivo es un
término que procede del inglés disruptive y que se utiliza para nombrar
a aquello que produce una ruptura brusca. Por lo general el término se
utiliza en un sentido simbólico, en referencia a algo que genera un
cambio muy importante o determinante (sin importar si dicho cambio tiene un
correlato físico)
Por ejemplo: “La
creación de la computadora personal fue algo totalmente disruptivo en la
sociedad contemporánea”, “El ingreso de O’Hara fue disruptivo y dio
vuelta el rumbo del partido”, “Muchos críticos consideran que este disco
será el disruptivo que lleve al músico del plano local a la escena
internacional”.
Una tecnología
disruptiva es una innovación que genera la desaparición de productos o servicios que, hasta
entonces, eran utilizados por la sociedad. La nueva tecnología aparece como un avance que hace que todo lo viejo resulte precario o
inferior en cuanto a sus prestaciones. La computadora personal (ordenador
personal) fue una tecnología disruptiva que hizo que la máquina de escribir
quedara en desuso. Algo similar puede decirse sobre la telefonía móvil respecto
a las cabinas de teléfonos públicos.
El uso del
concepto es muy amplio y puede aplicarse a una persona (“Elvis Presley fue
un disruptivo para la música contemporánea”), un año (“El disruptivo
1986 estableció un antes y un después en la carrera de Diego Maradona”), un
objeto (“Creo que este chip será el disruptivo que marcará la nueva historia
de los electrodomésticos”), etc.
Se conoce
como descarga disruptiva a la descarga brusca que tiene lugar cuando la
diferencia de potencial entre dos conductores eléctricos supera un
cierto límite. Esta descarga puede advertirse por un chispazo que aparece
acompañado por un ruido seco. El voltaje máximo que produce una descarga
disruptiva recibe el nombre de tensión disruptiva.
Conducta
disruptiva en la escuela
El concepto
de conducta disruptiva,
también conocido como disrupción, es muy común en el ámbito de la
enseñanza obligatoria y, como se menciona en el primer párrafo, la familia de
estos términos proviene de la lengua inglesa. Se trata de problemas que
interrumpen una actividad o proceso, que impiden su desarrollo normal y,
dependiendo del caso, sano.
Cada vez más,
el trabajo de los docentes se ve obstaculizado por un accionar disruptivo por
parte de los estudiantes, que no hace otra cosa que reflejar el creciente vacío
que sentimos los seres humanos al enfrentarnos a la vida sin herramientas
suficientes para comprenderla, sin objetivos a largo plazo, sin relaciones
interpersonales profundas en las cuales apoyarnos para atravesar los momentos difíciles y para crear
recuerdos felices.
Este comportamiento disruptivo
de ciertos alumnos ocasiona diversas consecuencias, entre las cuales se
encuentra el malestar del docente y su potencial miedo a volver al aula, así
como un impacto negativo en el aprendizaje de los demás estudiantes. Una de las
actitudes más comunes es el murmullo constante, que impide el correcto
desarrollo de la clase ya que ensucia la información y genera estrés y
frustración en el maestro.
Por otro
lado, el mero ruido generado por el choque de los lápices y bolígrafos contra las mesas puede
considerarse un comportamiento disruptivo si se hace de manera constante e
irrespetuosa, sin consideración por el docente. Todos podemos tener momentos de
aburrimiento, de dificultad para prestar atención, de cansancio que nos
dificulte mantenernos despiertos, pero nada nos da derecho a entorpecer el
trabajo de los demás; en el peor de los casos, deberíamos pedir permiso para
retirarnos y dejar que el resto aproveche la lección.
Un consejo muy eficaz para superar con éxito este
murmullo o ruido constante es no sólo no elevar la intensidad de la voz, sino
disminuirla hasta que no sea posible la comprensión a menos que el bullicio
desaparezca; ante una medida tal es común que los buenos alumnos colaboren con
el docente para que se disipe el comportamiento disruptivo y se recupere el
control de la clase.
No hay comentarios:
Publicar un comentario